¿Por qué? la mágica pregunta al desarrollar software

Cuando el negocio nos solicita un requerimiento, generalmente como técnicos tendemos a empezar la solución de este lo antes posible, tal vez preguntemos acerca de quienes lo van a usar, que información necesitamos guardar para luego usar en reportes, los permisos que deberá tener, y empezamos a validar en nuestra mente la mejor manera de desarrollarlo en el sistema, pero una pregunta importante que muchas veces no hacemos y que deberíamos hacer frecuentemente es:

¿Por qué?

Esto nos permite tener una perspectiva diferente, poder conocer las razones del negocio para solicitarlo, nos ayuda a entender de mejor manera los objetivos que se quieren lograr con el requerimiento, el poder no solo pensar desde el punto de vista técnico sino como parte de la empresa.

Al principio es posible que no obtengamos la respuesta que queremos, es posible que nos den una respuesta vaga como: mejorar la experiencia de usuario, pero no debemos quedarnos ahí debemos usar la técnica de los 5 ¿Por qué? debemos encontrar la raíz del requerimiento, para así tener la mejor forma de medir si un requerimiento va a cumplir o no el objetivo del negocio.

Muchas veces el lado del negocio solo piensa que como técnicos solo debemos dedicarnos a ese sector y no opinar acerca de posibles alternativas que pueden ayudar a conseguir el objetivo planteado. Y como técnicos no solo debemos entrenarnos en los últimos frameworks, o lenguajes o aplicaciones sino también y tal vez en mayor medida en aprender cómo funciona la empresa, cómo hace dinero, a quién servimos, qué esperan los clientes de la empresa, etc. De tal forma que seamos los coadyuvantes del mejoramiento de la empresa en su totalidad no solo del departamento de tecnología de información.

Una vez que conocemos los objetivos y también tenemos una mayor comprensión del negocio, podemos dar nuestra opinión acerca de las mejores opciones de solución, muchas veces la solución no es cambiar los sistemas, puede ser necesario cambiar procesos internos, o contratar software o servicios de terceros, o incluso dejar de hacer cosas que no contribuyen a fortalecer los objectivos de la empresa.